Querido diario:
A pesar de que nos pasamos la mayoría del tiempo marcándonos
metas u objetivos, ya sean grandes,
pequeños, laborales, sentimentales, familiares…, hay veces en las que, después de
dar un paso, nos cuesta dar el siguiente. Nos atascamos en ese camino diario que
nos hemos marcado o que hemos decidido seguir; incluso, en ocasiones, nos
quedamos parados dejando que las horas pasen sin rozarnos y sin movernos del
lugar en el que nos hemos detenido. Creemos, equivocadamente, que si
permanecemos así, inalterables, el mundo que nos rodea también lo hará, nada ni
nadie moverá esa realidad que a veces nos gusta y otras nos disgusta, esa
realidad que hace que nos quedemos inmóviles para evitar que nos afecte.
Pero hay una cosa que tenemos que tener clara desde el mismo
instante en el que decidimos quedarnos quietos: lo único que se detiene cuando
eso sucede somos nosotros, el resto del mundo, la realidad diaria, los problemas,
las alegrías, la tristeza, lo bueno, lo malo…, todo eso que nos ha convencido
para parar, continúa su camino, sigue andando por la vida, así que cuando nos
decidimos a despertar y seguir caminando, todo eso nos lleva ventaja. Y cuando
nos damos cuenta de eso, de que la vida no nos espera, ni nos ayuda a
despertar, nos decimos: “Nada ni nadie en este mundo merece mis lágrimas, ni mi
pesar, ni que mi corazón parezca atravesado por mil agujas candentes mientras
noto como me falta el aire. Nada ni nadie en este mundo merece que yo detenga
mis pasos para esperarle. Nada ni nadie en este mundo merece que mi vida se detenga
esperando una decisión, un gesto, una palabra que, posiblemente, jamás llegue a
oír”.
Y sí, es esa lucha por
todo lo que nos mata un poco cada día, lo que consigue que continuemos
adelante, sin pensar y sin sentir ese dolor que tanto daño nos hace.
Y sí, al día siguiente nos levantamos y empezamos a caminar
de nuevo, con fuerza, con energía, con determinación, convencidos de que esta
vez no nos vamos a detener por nada ni por nadie.
Y seguimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario