03/04/15

Viernes Santo.

Me levanto hoy con la ensoñadora nostalgia del Viernes Santo y la tristeza de no poder acompañar, como cada año, a mi Cristo en su Santa Procesión por las calles de mi precioso pueblo.
Minuto a minuto desde que amaneció voy repasando lo que mis hermanos de la Cofradía del Paso Encarnao estarán haciendo en cada momento.
Cómo ayer colocaron una a una las miles de rosas rojas que adornan al Cristo de los Faroles y lo hacen brillar en la tristeza de su mirada; cómo anoche, con gran mimo, terminaron de colocar al Señor Cautivo en su trono rodeado de sus nazarenos, que, con gran respeto y devoción, le rezan en silencio, cada uno con sus propias plegarias.
Cómo, hoy, al salir el sol, los portones de la Cofradía se han abierto para dejarlo salir guiado por los mayordomos del paso para ponerlo de cara a nuestra Iglesia e ir a recoger a nuestra Virgen.
Cómo, una vez formados todos los nazarenos, habrán empezado a procesionar, abriendo camino al resto de Cofradías y habrán guiado a la Madre hacia el Encuentro con el Hijo. Cómo, al igual que cada año, los allí presentes habrán estallado en aplausos ante la maravilla que es ver bailar a Madre e Hijo en una explosión de alegría en el Último Encuentro.
Y más tarde, mientras recorre el paseo de cara al mar, ir viendo desde mi puesto de mayordomo que va guiando a mi Cristo de la Columna, cómo el fervor estalla en cada balcón, sobre todo en uno de ellos, donde mi familia aplaude a nuestro paso mientras la brisa balancea el estandarte encarnao que adorna la casa.
Llegará al filo de la tarde el momento más querido, más significativo, más emotivo para mí, que es cuando, dispuestos a recoger a Nuestro Señor, se abren los portones de nuevo, esta vez mientras la banda de cornetas que nos acompaña cada año toca con excelente acierto el Himno de España.
Ese es el momento en el que yo le doy las gracias a mi Señor por haberme permitido, un año más, acompañarle en su agonía y procesionar por las calles de mi pueblo, juntos, en solemne peregrinación.
Hasta el año que viene pues.
Bss.

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